Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo, Jesús
dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece a un tesoro
escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de
alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra".
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra".
Hermana Mariana,
Recuerdan
el taller de valores que vimos hace un par de semanas en la junta de
Marianas? Pues precisamente, el
evangelio de hoy nos da un gran mensaje de prioridades en nuestra vida como mujeres y de nuestros valores. ¿Has encontrado el tesoro escondido en el
campo equivocado, le das valor a lo que piensas es una perla hermosa, pero en
realidad ni siquiera es una perla? No nos confundamos en lo que debe ser
nuestro tesoro mas valioso. Para
nosotras las mujeres, es muy fácil darle bastante valor a la vanidad, al ego, a
nuestra imagen personal, a las cosas materiales, el que dirán de los demás, y
hablar mal de otras hermanas.
Supongamos
que en el campo en el que te desenvuelves está entre puras mujeres amas de casa
que al reunirse, se ponen hablar de la última moda, de los peinados más caros,
de las mejores marcas de ropa o de
perfumes, de las visitas a los Spas y de las mejores y más caras decoraciones
de sus casas o del valor de estas. Después
de la reunión llegas a casas y le pides a tu marido que te compre un coche del año
y te de dinero para comprar ropa de marca porque dentro de ti sabes, que
tienes que igualarte a tus amigas. Tu marido apenas puede cumplir con los pagos
de la casa y esto le causa mucho estrés, por lo tanto tienen una gran riña y
esto crea distancia entres ustedes porque siente que no valoras su esfuerzo
como proveedor y nunca te puede satisfacer.
De la misma manera, les enseñas a tus hijos
que es mejor vestir con ropa de marca y que se junte con niños de su clase (por
cuestión de apariencias) que pasar tiempo de calidad con ellos haciendo alguna
manualidad, estudiando la biblia o enseñándole un verdadero valor cristiano
para que ame y aprecie a los demás niños tal y como son. De la misma manera, tal vez te sientes mal tu
misma, tu auto estima esta por los suelos porque siempre te comparas con las demás
y no puedes llegar a tener el cuerpazo que ellas tienen, su cabello, las
facciones y la ropa que se les ve fenomenal.
Entonces piensas que no vales un pepino, te deprimes, comes de mas por estrés
que al fin y al cabo ya pareces tamal desparramado y sigues pensando que eres
un fracaso total. Todo porque le das
valor a un tesoro equivocado y por lo tanto te desenvuelves en un campo donde
solo ese tipo de tesoro existe.
Mariana,
tengo otra propuesta alterna: Busquemos
un campo bendecido por Dios y preservemos el mayor tesoro que nos ha dado. El
campo debe ser todo aquello que te rodea
tomando en cuenta a Jesús, a nuestra madre María y las enseñanzas de la iglesia
Católica en todos los aspectos de tu vida.
El tesoro debe ser el conjunto de valores que vas adquiriendo y
aprendiendo por medio de las enseñanzas de amor que aprendemos en nuestra
iglesia, en nuestra familia y en nuestro corazón Cristiano.
Ahora
imagina el mismo ejemplo de la reunión con tus amigas, pero con un baúl de
valores basados en el amor y la humildad de Jesús. Llegas a tu casa, tu esposo te dice que no están
en buena situación económica y le dices que lo apoyas, lo quieres y le agradeces
todo su esfuerzo por sacar adelante a la familia. Entiendes que ahora mismo no puedes comprar
un coche del año, porque entiendes que en realidad no lo necesitas, ya que lo
mejor de tu vida lo tienes en casa (tu familia). Tus hijos te piden juguetes nuevos y ropa de
marca, pero les explicas que hay otros niños que no tienen nada en el mundo y
que agradezcan a Dios que tienen techo y comida y a unos padres extraordinarios. Al contrario, les pides que donen algunos de
sus juguetes favoritos a los más necesitados y que la ropa nueva puede esperar,
no pasa nada si no llevan puesto lo que sus amigos de la escuela. Lo importante es lo que opine Dios, no sus
amistades. Ojo, también existen los valores no
materiales. Tal vez le damos valor a la
rabia, la envidia, el ego, etc.
En conclusión
siempre debemos de hacernos esta pregunta para poner nuestros valores en
perspectiva: ¿ Jesús estaría de acuerdo con mis valores? ¿Estoy imitando a María de verdad? ¿ Si me
enfoco en este valor, me va ayudar a entrar al cielo?
¡JeMa te
ama!
Marianas de
San Pablo
Imitando a María,
siguiendo a Jesús.
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